jueves, octubre 22, 2009

Proposición


los hipócritas empezaron a ganar el simple partido y el ambiente era cada vez más pesado. Yo quería recalcar que no lo era, pero de repente mi victoria anticipó que podría ser una más del montón. Se revelaron algunas cartas que no quería ni siquiera ver. ¿Me equivoqué? ¿En qué me equivoqué? Yo no quería triunfar ante los malos, sólo mantenerme al margen de este sucio juego. Todos somos parte de un todo, pero en diferentes zonas y/o lugares. ¿Yo pertenezco a ese? ¡Qué inseguridad la mía! No puede ser que no sepa ni como soy. Desde el punto de vista... desde mi punto de vista, yo me siento consiente ante los que quiero, amo y respeto. ¿Son parte de mí entonces? ¿Somos hipócritas también? Es todo tan confuso, así de simple: confuso. Cuando quiero recalcar que no me siento a gusto, me enceguezco y me largo a llorar, imbécil y solitaria. A veces me remonta en la mente una sensación de estupidez, ¿cómo puede ser que algo tan estúpido sea líder en mi mente? Hay días que ni a mi misma me creo y me obligo a desorientar esos pensamientos (nunca me hacen caso). Sin finalizar lo demandado en mi libido, siempre pienso en eso y me aterra. No pienso en él o ella... ¡en eso!. Por lo menos algo me tranquiliza y es saber que convivo con misterios dentro de mi que me encantaría resolver y sola. Porque sino sería todo como una rutina insulsa y no tengo más ganas de hacerlo. Por ahora es todo confuso y me propongo a ordenarlo. ¿Podré?