viernes, marzo 19, 2010

Una noche, un cerebro


Un oído escucha mil voces y el eco es impertinente, ¿hacia dónde lo quieren llevar?. Más allá de los antigüos hallazgos, el presente es una compañía que huele a bien.
Es medianoche y todavía no pega un ojo, no siente culpa, pero tampoco desgano y piensa en sí mismo, en ese cuerpo existe más de una voz. No es un caso de esquizofrenia, sino más bien un caso de cariño y control al depositar cada ser en cada caso que se remonte en su vida. Su pañuelo ya no está mojado y el cenicero se mantiene vacío, agradece sin cesar pero a su vez mantiene miedo e inseguridad con los cuales detesta tanto convivir. Son casi las 3 de la mañana, nunca atinó a mirar su reloj y adivinó que pasaron horas y él se mantuvo pensando en eso; sabiendo que más allá de todo lo bien que le sucede, persiste ese miedo y se siente confundido. '' ¿entonces es así esto? '' '' ¿esto qué? '', se pregunta y contesta a sí mismo. Cree sentirlo con seguridad y mira el techo pensando en el futuro, un futuro que quiere tener cada vez más cerca.
De repente, todo lo que pensó está sucediendo. Es un día frío y en pleno mal humor se le da su oportunidad y se siente feliz pensando a cuántas personas le puede pasar lo que a él. Todavía existe esa confusión, pero sabe que es todo diferente. Esa confusión ahora la ve desde otra perspectiva. Lo único que lo asusta, es el pensar que ese cuerpo en el cual tanto piensa y con el cual convive largas horas, esté pasando por algo parecido y que su sangre transporte más de un deseo. Al mismo tiempo, vuelve a ocurrir lo de siempre, la inseguridad y se pregunta una y mil veces cuál es el motivo a tanto interrogatorio.
Dejemosnos de joder, solo se vive una vez.