Me sorprendieron tus actitudes, tu negable
aceptación en cuanto al vivir que llevás
bajo el brazo.
Me acordé, remontando aquellos días
en el que nuestro líbido solo flotaba en
nuestro habitat y nos comiamos
la piel solo con los ojos.
Soñé tu piel acaparando todo
pero equiparando cada parte de mi cuerpo.
Desarrollamos nuestros músculos,
de manera elegante y excesiva a la vez.
Magníficas orquestas sonaban en mi oreja,
un deleite de placer, sólo eso sentía.
Cuando por fin llegamos a lo más profundo,
descubrimos sin fu ni fa, un misterioso y
peculiar universo paralelo.
Tu piel no me sabía igual y aquellas
orquestas dejaron de hacerme latir tan
fuerte el corazón.
Pasamos a ser vagos, a ser sólos otra vez,
criticábamos el afuera, pero al fin y al cabo sin
querer,
terminamos formándolo, con inexpresable cesación,
Descubrimos tan bien el cielo pero nos
enceguecimos y no quizimos ver aquella nube oscura.
Consecuencias, son las pruebas que nos quedan,
una copa de vino y un pucho a la mitad a las 4 p.m.