miércoles, julio 29, 2009

el


Llenó el vaso con gin puro y se acomodó la barba. Me quiso incomodar, hasta que se dio cuenta que los propósitos no era más que efímeros. Yo traté de hacerlo entender y se me cruzó la sensatez que una vez me enseñaron, así que tomé ese vino añejo y me puse a leer las frases que me salían pensando en ese aroma letal: '' Patética la mente, si se centraliza en un punto.'', esa fue la primera y recibí una cachetada. Él no quiso aceptar que ÉL NO era mi único pensamiento. Me animé a dar un segundo paso: '' Si no estuviera ese fundador de magias parado ahí, en dos extremidades, yo no sabría investigar ese fin que se presentó sin pleno aviso.'', entonces ahí, se acercó me miró y suspiró pensando que todo iba señalado a él. Yo con un tono de falsedad, le di el sí.
A veces insinuaba tener ganas de seguir con este movimiento que anteriormente, podía llegar a ser placentero. Me mordía, como antes, pero en mi no se movía nada... ni externo, ni interno. Donde postergaba todo para tener aunque sea una hora, hoy se convirtió en un segundo plan. ¿Qué es lo que pasa? llego a no entenderme y hasta llego a intimidarme a mi misma. ¿Se gasta? ¿tendré que aflojarlo? Ya no quiero curiosidad en ciertos sectores, porque tal vez este misterio me distrae y puedo concentrarme aunque sea un momento.
Admitiendo que todavía si quiero sonreir... subo el volumen y trato de ya no esperar de brazos cruzados.

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